Lucia murió. Lo supe está mañana. Me sentí mal cuando supe, ¿es así cuando pierdes parte de tu vida no? , porque a fin de cuentas ella era parte de mi vida, estuvo en los momentos buenos y malos, en los felices y tristes, en los aburridos y entretenidos, pero siempre me ayudaba, me hacía ver la vida de otra forma, sin ella lo más seguro es que no sería quien soy en estos momentos.
El desayuno se sirvió como siempre; mis padres no saben de su muerte, siquiera saben que existió. Sólo notan en mi expresión que algo sucedió, pero no preguntan, siguen haciendo lo de siempre: conversando de idioteces que no suceden en nuestro pueblo y que no nos afectan directamente, a la mierda con ellos, que hagan lo que quieran, no estoy de ánimos para hacerles una crítica constructiva. De cierta forma fue un desayuno tranquilo para ellos, quizá el primero en algún tiempo.
En el colegio todo igual: aburrido, tan aburrido que no me puedo distraer, solo me hace pensar aun más en Lucia…Lucia, Lucia, Lucia… nada mas repite mi cabeza, es como un maldito eco que no para. Se me acerca Ricardo, un idiota de esos que van a fiestas conmigo por conveniencia, me pregunta si me pasa algo “murió Lucia” le digo y se rio “pero bueno así es la vida, te da y quita cosas día a día, solo hay que vivir con eso”, ese grandísimo idiota, no pude evitar golpearlo hasta que llego el inspector y me mando a mi casa luego de múltiples llamadas telefónicas fallidas a mis padres, pobre, cree que iré a mi casa.
Salí del colegio sobándome la cara, no es que me haya golpeado muy fuerte Ricardo, solo necesitaba algo en que distraerme para no pensar en Lucia, pero ahí estoy de nuevo…el camino se me hace angosto y recto, no me importa. Camino hasta la falda del cerro cercano y empiezo a subirlo, solo espero que por breves instantes el recuerdo de Lucia no me acongoje. ¡Creo que mi cabeza estallará!
Llego a la punta del cerro, paso a paso la vista se pone más hermosa: el pueblo se extiende como una maqueta bien construida pero mal organizada, una alfombra gris que limpia los pies del cerro.
Me senté en una roca que conocía bien; aun había vestigios de colillas de cigarros que había fumado la última vez que vine. Saqué a Lucia de mi bolsillo y empecé a mirarla y tocarla; mi hermosa pipa, mi preferida, la que había tenido desde siempre, al menos desde que comencé a fumar cannabis, era tan hermosa… que pena que se haya roto, debió haber sido en la curadera que tuve el día anterior en casa de un amigo. Tantos recuerdos y vivencias se van con esta pipa, tantas aventuras, porque eran verdaderas aventuras: cuando arrancamos de la policía, en las tocatas, en los conciertos, en marchas y protestas, ella siempre me acompañó. Ahora sólo es madera y a la tierra irá de nuevo: comencé a desarmarla, a romperla con mis manos para arrojar sus fragmentos a la tierra pero…había algo extraño dentro del filtro…era una especie de resina con olor a hierba…no puedo resistirme al último regalo de Lucia: con la uña raspo de las paredes la resina y la vuelvo bolitas que mezclo con hojas en un papelillo, lo prendo y… como siempre supe: Lucia siempre pensaba en mi.
2 comentarios:
Muy bueno, por algún momento pensé que Lucia sería algo más "serio" y no me vayas a golpear por eso ¬¬'
Quiero regalos de Lucia (?)
Saludos : D
jajja !
yo mori cuendo lei eso !
enfermito xD
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